Reflexión sobre el primer día.
Lo primero que tenemos que tener claro, es la idea de que
conseguiremos todo lo que nos propongamos, da igual que lo llamemos objetivo,
meta u horizonte, lo importante es creer en ti mismo, intentar superarte y
pensar que todo lo que quieres llegará algún día a tu vida.
Antes de que eso llegue tendremos experiencias tanto
positivas como negativas.
Nos tocará vivir experiencias negativas, ya que nos
encontraremos con dificultades, por
ejemplo con asignaturas que nos resultan complicadas, profesores que te
desmotivan o que simplemente no te gusta la manera que tienen de impartir sus
clases.
Pero también nos encontraremos con experiencias positivas,
por ejemplo con personas con las que simpatizas y hacen que el día a día sea
más divertido.
También son positivas las clases que te gustan, que aunque
sean duras por el método de trabajo y el esfuerzo que suponen, es gratificante
cuando las apruebas; también asignaturas que crees que eres incapaz de aprobar
y finalmente lo consigues. Por eso, no rendirse, finalmente te lleva a obtener
una recompensa, a saber que lo que estás haciendo llegará a buen fin.
Lo que espero, es precisamente eso, profesores que te
motiven, no solo para estudiar, sino que te den esperanza de que lo que estás
haciendo sirve para algo que no sea pasar el tiempo sin más, ya que yo no lo
considero así. Y a la vez, esos profesores hagan que sus clases sean amenas.
Es más importante lo que se aprende, que el hecho de sacar
mejor o peor nota, y a veces el aprendizaje no está en el contenido de las
asignaturas, sino en las pequeñas cosas que cada uno puede llegar a considerar
grandes.
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