martes, 22 de enero de 2013

CLASE 22/01/013



Lo que más importante me ha parecido de la clase de hoy es la manipulación de los medios de comunicación que cada día es más evidente a los ojos de cualquier persona. No podemos olvidarnos de la publicidad, causante de manipular a la sociedad de una manera u otra.
El inmenso poder e influencia de la televisión a través de la publicidad, las enormes sumas de dinero que ésta maneja, los efectos dañinos que produce sobre el espectador medio, el injusto papel que atribuye a la mujer, la desvergüenza de su simbología sexual o las perversas estrategias para despertar necesidades, son los males habituales atribuidos a la publicidad en televisión.
Todo este ejercicio de manipulación ejerce una presión directa sobre los seres más inocente, los niños.  El niño es un usuario precoz y que ve más horas de televisión conforme aumenta su edad.
Los niños encienden el televisor para divertirse, la fantasía les produce placer porque se identifican con los personajes y héroes.
Por supuesto, la televisión también tiene efectos nocivos. Puede provocar una actitud pasiva, pues al ser una actividad meramente receptiva no supone ningún esfuerzo y anula la iniciativa del niño.
La publicidad puede ser muy nociva para los niños porque les manipula, las imágenes y la forma de presentar los productos les hace desearlos pero ellos no saben que se losa están intentando vender y los niños exigen a sus padres que se los compren.
 La competencia televisiva no se basa en ofrecer programas serios, no hay preocupación por la calidad ni por el contenido de la programación.
En muchos programas se intenta crear naturalidad mediante la "falsa sorpresa", el presentador finge que sucede algo imprevisto en el guión y se sorprende. Pero es sólo un truco, de hecho, el presentador no pretende que sea verosímil, hay fingimiento del fingimiento de la sorpresa. El espectador lo sabe, no se pretende que lo crea, por eso lo importante es el esfuerzo por ofrecer un mero espectáculo al espectador.
 Todo esto nos lleva a la conclusión de que la televisión es un vehículo de control. Es el símbolo de la cultura de masas, esta cultura se convierte en incultura cada vez mayor para aumentar su aceptación entre el público, que no tiene otras opciones mejores.
La televisión construye un mundo aparentemente neutro y que supuestamente representa al mundo real. Da una visión de la vida más agradable y con menos problemas de los que hay en la realidad, para conquistarnos. Al estar basada en la imagen, la televisión da demasiada importancia al físico, y las personas que aparecen en el mundo televisivo se ajustan siempre al canon de belleza vigente, lo cual no ocurre en la realidad y esto crea inseguridad en los ciudadanos de a pie


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